Es normal que, con el paso de los años, perdamos agudeza visual. Según un estudio realizado por la Federación Española de Asociaciones del Sector Óptico (FEDAO), casi 25 millones de españoles usan gafas o lentillas para corregir problemas visuales, y el 68% son mayores de 45 años.


Con la edad son más las personas que usan gafas y que, además, sufren problemas de vista cansada o presbicia. Este tipo de pérdida visual se caracteriza por la disminución de la capacidad de ver nítidamente objetos cercanos, un error refractivo que aparece sobre todo a partir de los 40 años y que se debe a la pérdida de flexibilidad y transparencia del cristalino, responsable de llevar a cabo el enfoque en el plano cercano.
Para facilitar la visión y la comodidad de las personas con este tipo de patologías existe un tipo de gafas de vista que son conocidas como gafas progresivas.


¿Qué son las lentes progresivas?
Las lentes progresivas están realizadas de acuerdo a la forma natural de mirar de las personas; por eso, su parte superior está ideada para permitir una visión óptima en el plano lejano, la intermedia para ofrecer buena visión en la zona media y la inferior para proporcionar nitidez en el plano cercano. Lo especial de este tipo de gafas es que la zona intermedia hace que no haya un corte brusco entre lejos y cerca, sino que este salto sea progresivo.
Por otro lado, no hay que confundir las lentes progresivas con las lentes bifocales. Como su propio nombre indica, las lentes bifocales tienen dos lentes para dos campos de visión bien diferenciados. La persona mirará al frente para ver de lejos, y hacia abajo para ver de cerca. El inconveniente de este tipo de gafas es que, además de que estéticamente son menos favorecedoras al tener la mitad del cristal cortado, la mayoría de las personas se las tienen que quitar y poner continuamente según a dónde miren.
Dependiendo del tamaño de la montura y el cristal elegido, la lente será más o menos cómoda a nuestra visión. Lo ideal es utilizar una montura que permita un campo de visión amplio. Al tratarse de una lente con varias zonas adaptadas a cada tipo de visión (cercana, intermedia y lejana) lo recomendable es elegir unas gafas lo suficientemente grandes para que cada zona tenga el espacio que necesita para resultarnos cómodas a la vista.


Ventajas de usar lentes progresivas
La mayor ventaja de este tipo de lentes es que no tienes que quitártelas para ver en tu campo de visión intermedio. No notarás el cambio de graduación entre la zona inferior y la zona alta de tus gafas.
Son más estéticas que otro tipo de lentes bifocales, ya que no se aprecia ningún corte en el cristal.
Están indicadas, principalmente, para corregir la presbicia, pero también pueden prescribirse para personas que tengan además otros errores refractivos, como miopía, hipermetropía o astigmatismo.
Para agilizar tu adaptación a las gafas progresivas, prueba a mirar siempre de frente, de esta manera te acostumbrarás rápidamente al cambio y podrás llevar una vida normal sin darte cuenta de que llevas gafas puestas.